Informaciones y "desinformaciones"

Tomado de: http://www.sucumbiosecuador.blogspot.com/

La ambigüedad pasó a ser la nota característica al terminar la semana
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HAN LLEGADO NUMEROSAS CARTAS PREGUNTANDO

COMO ESTAN LAS COSAS EN NUESTRO VICARIATO.

HEMOS PROCURADO INFORMACIONES EN VARIOS SECTORES DE LA SOCIEDAD.

DESPUES DE CAMBIAR IMPRESIONES NOS HA PARECIDO OPORTUNO DAR A CONOCER ESTE

BREVE ANALISIS,

QUE PODRA SER ADAPTADO A MEDIDA QUE SE VAYAN CONOCIENDO MAS REALIDADES.

SOBRE TODO DURANTE ESTE FIN DE SEMANA

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Todo parecía volver a la calma en nuestras comunidades, algunas de las cuales se encontraban bajo la opresión de los revoltosos que no aceptan la autoridad del Vicariato y se habían constituído practicamente en corpúsculos sectarios dentro de nuestra gran comunidad de la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos.
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Se inició la semana con la noticia de que los seis frailes carmelitas que aqui trabajaban con Mons. Gonzalo López, OCD, habían sido convocados a Quito por su superior, el Padre Provincial de los Carmelitas Descalzos de Colombia. En estas reuniones fueron debidamente informados de la entrevista que el Papa había tenido con el Prepósito General de la Orden, el pasado dos de mayo. Todo parecía claro y definido.
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Sin embargo, terminadas las reuniones realizadas entre los días 9 y 11 de mayo, he aqui que nos encontramos con un comunicado titulado "Carta a la Asamblea Diocesana de Sucumbíos".
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Ya el título ha dejado sorprendidos a los miembros de nuestra iglesia particular. ¿De qué "Asamblea Diocesana" se trata? - Nada saben de la misma en las comunidades, y no existe ningún documento oficial emanado del Vicariato sobre la tal denominada "Asamblea Diocesana".
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Debe tratarse, por lo tanto, de las reuniones que han mantenido, bajo el comando del Pe. Edgard Pinos, los miembros del antiguo "isamis carmelita". A ese grupo minoritario, que no llega a los 75 miembros, han dirigido los padres carmelitas su carta al "regresar" a Sucumbíos.
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Se van o se quedan
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"Hemos sido requeridos por nuestro Superior General para que dejemos nuestra Iglesia de Sucumbíos". - A continuación dicen: "(El Papa) Le ha solicitado (al Prepósito General de los Descalzos) a su vez que pueda reemplazarlos por otros pues no es su deseo que la Orden de los Padres Carmelitas abandone esta Iglesia".
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Y en el próximo párrafo amplían el abanico: "viendo cómo dar el paso situándonos entre la aparente contradicción de tener que cumplir una Orden de nuestro Superior General y no abandonar a la Iglesia y a la provincia". - Si fuese solo "aparente" no habría en realidad "contradicción". Parece que la van creando ellos mismos.
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Y siguen ampliando esa "aparente contradicción": "Hemos llegado a las siguientes resoluciones, después incluso de algunas consultas, entre ellas al Delegado Pontificio, Mons. Ángel P. Sánchez:". Entra el Delegado Pontificio, sin que quede claro que fue lo que él dijo. Se va creando el clima de ambigüedad.
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"1.- Por amor a la Iglesia, así como a la Iglesia comunidad y a la provincia de Sucumbíos que hemos visto nacer y crecer, los seis carmelitas que actualmente nos encontramos en Sucumbíos dejaremos nuestros lugares de vida y trabajo porque entendemos que esta Iglesia legítima ha madurado para andar su camino con su clero, agentes de pastoral, comunidades y ministerios".
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Quizás tengamos que hacer un curso especializado de Teología para conseguir entender que es lo que quieren decir. ¿Cuál es la diferencia entre la "Iglesia" y la "Iglesia comunidad"? - ¿Y cuál ha sido su trabajo pastoral, para llegar a colocar de igual a igual su labor misionera con la provincia de Sucumbíos, a la que han visto nacer y crecer? ¿Y en donde queda la obediencia al nuevo Administrador Apostólico? Al que ni siquiera hacen una referencia … ¡sea amable o no!
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Ya no es la obediencia la que les lleva a cumplir la orden de ir a otros destinos, sino que son ellos mismos los que entienden que "esta Iglesia legítima ha madurado para andar su camino". ¿Quién podrá entender este nuevo estilo de obediencia? Pero, ¡en el "isamis carmelita" todo es nuevo!
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Y siguen diciendo: "2.- Eso no significa que la Orden abandone la provincia de Sucumbíos ni su Iglesia. Se inicia la búsqueda de los hermanos Carmelitas que nos sustituyan para que se dé continuidad a los proyectos que están en marcha y seguir apoyando este modelo de Iglesia sustentado en el Evangelio de Jesús y el Magisterio de la Iglesia Universal y Latinoamericana".
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Se va ampliando el espectro de la ambigüedad. En primer lugar, por las informaciones que ya han circulado, nunca se había tratado sobre la Orden de los Carmelitas en cuanto tal, sino que siempre se hicieron referencias a los carmelitas que fueron llegando con Mons. Gonzalo.
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La propia historia de las misiones carmelitas en Sucumbíos lo reconoce así: "Porque Ecuador no era para ellos un lecho de rosas. Funcionaba un anticlericalismo -o mejor antifrailismo- impresionante; no quería ni siquiera ver frailes en suelo ecuatoriano. Sólo si se asentaban en el Oriente selvático y de indios erráticos, dispuestos a morir por los linderos republicanos, podían pasar por Ecuador y hasta disponer de una oficinita en Quito. (...) Allí se fueron con hábitos y sandalias, con breviarios y capa blanca (...).
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“La creación de este nuevo centro era una tarea pendiente desde hacía mucho tiempo: como una promesa desde el año 1953. Y éste, será uno de los hechos importantes de la etapa de Mons. Wenceslao.

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"De tiempo atrás, existía un pequeño núcleo de población en la Isla o delta del Río San Miguel, en su desembocadura en el río Putumayo. El día 19 de diciembre de 1956 llegaban al lugar Mons. Wenceslao y el P. Lorenzo García. Rápidamente construyeron una pequeña capilla y una modesta casita, con la colaboración de los indígenas del río San Miguel.

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"(...) Hay que anotar aquí la presencia del P. Eduardo Rendueles y del Hno. Néstor, pero quien daría el tono sería el P. Benito Díaz, que hacía su entrada en Palma Roja el día 25 de febrero de 1967. El será el alma de todo lo que se haga en adelante: iglesia, residencia, escuela..., que culminarán felizmente el Hno. José Septién y el joven misionero laico Ángel Alegre, semilla ya de un nuevo modelo de Iglesia. Con la cantonización del Putumayo en abril de 1969, se creaba también la parroquia civil de Palma Roja.
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"(...) En estos años (1968-1970) se dan tres acontecimientos que van a marcar definitivamente el destino de la Misión Carmelita de Sucumbíos: a) La Conferencia de Medellín, que marcará un cambio impresionante en la nueva evangelización del Continente, con su opción por los pobres y la Teología de la Liberación. b) El comienzo de la exploración y explotación petrolera en Sucumbíos y con ella, el inicio de una nueva colonización. c) La renovación al interior de la orden de los Carmelitas, siguiendo las orientaciones del Concilio Vaticano II y aplicadas a la Orden en junio/67 y octubre/68".

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"Por otro lado, en el capítulo provincial celebrado en Burgos en el año 1967, se oía hablar, por vez primera, de Lago Agrio, de petróleo, de colonos... eran las nuevas realidades. El P. Benito Díaz calentaba el ambiente del capítulo a favor de la Misión y sus nuevas perspectivas.

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"En tales circunstancias es elegido nuevo Provincial el P. Felipe Saìnz de Baranda. Un religioso con marcado acento misionero. Visitará el Ecuador y Sucumbíos en compañía del P. Gonzalo López Marañón, que había sido elegido como Consejero en el mismo Capítulo. La visita durará desde el 4 de agosto hasta el 10 de septiembre de 1969.

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"Y es así que, regresados ambos a España, el día 31 de julio de 1970 en carta dirigida al P. Gil Rodríguez, Proprefecto de la Misión en ese momento, le comunica el nombre del nuevo Prefecto Apostólico de Sucumbíos, Mons. Gonzalo López Marañón.

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"(...) Sacerdotes carmelitas como el P. Benito Díaz, Alfredo Bahillo, Antonio Cuervo, Francisco García... serán los pioneros de esta nueva etapa.

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"En búsqueda de un nuevo modelo de Iglesia. - Ya es de dominio común el cambio que supuso para la Iglesia y para las Misiones el Concilio Vaticano II (...). Mons. Gonzalo López Marañón, ... quedó fuertemente impactado. Quedaba claro que una de las tareas principales de la misión es potenciar las culturas indígenas, no simplemente tolerarlas y mucho menos destruirlas. Se exigía, pues, la encarnación en las culturas.

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"Al regreso de Iquitos de los tres delegados de Sucumbíos: P. Gil Rodríguez, Hna. Teresa Murillo y el nuevo Prefecto Apostólico, y para poner en práctica las conclusiones se organizaron dos Asambleas (...) se dará en los misioneros carmelitas una toma de posición: la mayor parte de los misioneros antiguos se retirarán para dar lugar a otros nuevos que asumirán el reto que presentaba la Iglesia y los nuevos signos de los tiempos: Benito Díaz, Luis Miguel Sedano, José Masache, Carlos Villarreal, Juan Cantero, José Septién, Pablo Gallego, Juan Berdonces, José Mª Arribas, Manuel Landeira, Casimiro García, Luciniano Luis, Aníbal Nieto, Jesús Arroyo, Félix Sáez, José Luis Trueba, etc... irán tomando el relevo."

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Y terminan esclareciendo cuales eran las nuevas metas "apostólicas": "Más tarde surgen por todo el continente grupos de gente que rompiendo los moldes tradicionales de los partidos políticos y sindicatos clasistas, se organizan en torno a necesidades vitales: luz, agua, vivienda, educación, tierra, derechos humanos, movimiento de mujeres...". Firma el documento de donde hemos extraído estas informaciones el fraile Pablo Gallego Coto, OCD.

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Y siguen diciendo los carmelitas que han regresado: "3.- Como nos ha solicitado Mons. Ángel P. Sánchez, saldremos de la provincia gradualmente con la llegada de los nuevos hermanos. Buscamos el tiempo necesario para transferir la documentación e información necesarias así como para que asuman debidamente su trabajo. No sería justo con esta Iglesia ni con esta provincia que se repita el atropello cometido con la salida de nuestro hermano y pastor Mons. Gonzalo López. Este atropello ha resultado claramente perjudicial para nuestra iglesia y provincia".

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Qué pensarán las autoridades competentes, no lo sabemos. No ha habido ningún pronunciamiento hasta el momento, que haya llegado a nuestro conocimiento. No se ve ningún arrepentimiento en todo lo realizado por ellos en estos últimos años y que sido la causa de las quejas y pedidos de cambio a las autoridades eclesiásticas. Colocando una vez más al Delegado Pontificio en medio de todo su ambiguo (¿será tam ambiguo para ellos?) escrito, vuelven a desedificar al pueblo católico con sus insultos a las autoridades vaticanas, que ha sido la marca de estos últimos seis meses.

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"4.- Seguiremos apoyando a la iglesia y la provincia de Sucumbíos desde donde quiera que nos encontremos porque para impedirnos esto deberían arrancarnos el corazón". - Dios se apiade de ellos y haga lo que prometío al pueblo judio: les cambiaré su corazón de piedra por un corazón de carne y reconocerán que Yo soy el único Señor.

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Los dos párrafos finales son palabras que salen de esos corazones de piedra... ¡No basta gritar Señor, Señor, si no cumplen los Mandamientos!

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En esta ambigüedad termina la semana. ¿Hasta cuándo seguirán en Sucumbíos? La perfecta obediencia es la que se cumple de inmediato, según dicen los Tratados religiosos. Nos hubiera gustado más, debe ser un capricho de quienes llevamos adelante este Blog, que los culpables de tantos escándalos hubiesen pedido humildemente perdón por los excesos cometidos, y arrepentidos de sus "pecados" saldrían con el alma limpia y la paz en sus nuevos corazones, que no sería necesario arrancar.

Nueva Loja, 15 de mayo de 2011 - sucumbios.lavozdelossinvoz@gmail.com
Fuente: http://sucumbiosecuador.blogspot.com/2011/05/informaciones-y-desinformaciones.html