lunes, 18 de julio de 2011

El Papa no piensa como el Obispo Gonzalo


Esta es una de las preguntas que Benedicto XVI respondió en el libro “Luz del Mundo” publicado por el periodista alemán Peter Seewald.

El cristianismo ¿está agotado o pasado de moda?

“Si se mira superficialmente y sólo se tiene en el campo visual el mundo occidental, podría pensarse de ese modo. Pero si se mira más a fondo se ve que el cristianismo está desplegando al mismo tiempo una creatividad totalmente nueva. Por ejemplo, en Brasil hay nuevas eclosiones católicas, como los Heraldos del Evangelio, jóvenes llenos de entusiasmo que han reconocido a Cristo como el Hijo de Dios y lo llevan al mundo. O bien pensemos en lo que significa la Iglesia para África. Ella es a menudo lo único que permanece entre los trastornos y destrucciones de las guerras. Con menor nitidez pero a pesar de ello de forma inequívoca existe también aquí, en Occidente, el despertar de nuevas iniciativas católicas que vienen de dentro, de la alegría de personas jóvenes. Tal vez el cristianismo asume hoy otro rostro. No tiene en sus manos el puesto de mando en la opinión pública del mundo: son otros los que allí gobiernan. Pero es la fuerza vital sin la cual las demás cosas no seguirían en pie. En tal sentido, soy muy optimista en cuanto a que el cristianismo se encuentra ante un nuevo dinamismo”.

Interesante en testimonio del Papa; para él, los Heraldos del Evangelio son una “nueva eclosión católica”, “jóvenes llenos de entusiasmo que han reconocido a Cristo y lo llevan al mundo”.

Para Mons. Gonzalo López Marañón los Heraldos representan “una Iglesia vertical que da órdenes, que no comparte, que no dialoga”.

No pretendemos que esta afirmación del Pontífice implique infalibilidad. Pero ¿estará tan alejada de la realidad como supone Mons. Gonzalo?

Los méritos de Monseñor Gonzalo le valieron la Orden Nacional del Mérito que le entregó el Presidente Rafael Correa. El trabajo de los Heraldos del Evangelio, la medalla “Pro Ecclesia et Pontifice” que les otorgó Benedicto XVI. Cada uno responde a su “verticalidad”…

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