Así se sub-titula un blog de reciente aparición que pretende defender la “dignidad de la provincia” de Sucumbíos y oponerse a “manipulaciones politiqueras”. Todo eso, por “nuestra amada Iglesia católica”.
En el universo digital y cibernético todos tienen voz y vez. Lástima que no exista algo así como un código ético que norme lo que se publique y sancione las transgresiones, pues circulan en línea aberraciones que atentan no solo contra la verdad de los hechos, sino hasta contra el sentido común. Con lo cual se violan elementales derechos humanos.
Cuando se conoce, aunque sea muy sumariamente, lo que pasa en Sucumbíos, no pude dejar de chocar leer ese sub-título y los articulillos que se vienen sucediendo bajo ese noble enunciado.
El diccionario dice que hipocresía es fingimiento de sentimientos, ideas y cualidades, generalmente positivos, contrarios a lo que se experimenta.
Que cada uno juzgue según su conciencia y libertad. El problema es que la conciencia puede ser deformada y la libertad vilipendiada. Es lo que pasa con los esclavos del vicio. Por ejemplo, del vicio de la hipocresía.
Curioso que aquí escriben “nuestra amada Iglesia católica” y no Isamis, utopía del reino o Iglesia de Jesús, como suelen llamar a su iglesia.
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