miércoles, 9 de noviembre de 2011

Las características de Isamis, una vieja conocida… que no terminamos de conocer

En un artículo que publica un blog de las CEBs del Brasil (esta son las referencias: http://cebs-brasil.blogspot.com/2011/01/cebs-equador-iglesia-san-miguel-de.html), se explican las características de Isamis. El autor del artículo es uno de los raros apologistas de Isamis: Pierre Riouffrait, clérigo itinerante que más se le conoce como periodista que como sacerdote, pero que firma, esta vez, como “sacerdote franco-ecuatoriano”.

Comienza diciendo que “ISAMIS es la realización del sueño del papa Juan 23 que quería que toda la Iglesia sea la “Iglesia de los pobres”. ¡Qué atrevimiento atribuir esta originalidad fracasada a un sueño (en todo caso sería una pesadilla) del beato Juan XXIII! Es cómodo poner a alguien que pasó a mejor vida como referencia de una realidad que ya no podrá ni ratificar ni rectificar… Que desde el cielo, el Papa bueno ore por ellos.

Dice después que Sucumbíos: “es la única diócesis del país organizada de esta manera”. Es verdad y gracias sean dadas a Dios por eso. La cosa es así, a pesar de que han querido ser un modelo para el Ecuador y para América Latina.

Enseguida continúa hablando sobre la opción por las CEBS y dice que Monseñor Gonzalo les dio impulso desde 1975, ya que Medellín las reconoce “al igual que la parroquia y la diócesis”. Sería bueno que el autor diera referencias precisas de esa afirmación, pues no consta en ningún lugar que las CEBS tengan el mismo estatuto que las parroquias y las diócesis. Llama la atención que pasados ya 43 años desde Medellín, solo exista Sucumbíos “única diócesis del país organizada de esta manera”.  Es verdad que todo lo que existe tiene en común la existencia… pero no existe todo “al igual”, con la misma ciudadanía. En estos asuntos delicados, los matices son importantes.

Luego pasa a hablar de la valoración de los seglares en ISAMIS, diciendo que son “Profetas que en palabras y hechos que denuncian lo que destruye el reino de Dios y anuncian lo que lo construyen, Sacerdotes que se ofrecen junto con su pueblo como ofrenda agradable a Dios y Reyes-Pastores que se organizan para llevar a cabo los diversos servicios necesarios”. ¡Que talla grandiosa y estupenda tienen los seglares de Isamis! Solo que, en otras palabras, quiere decirnos que en ISAMIS los laicos hacen de sacerdotes y de pastores (además de profetas y reyes). Siendo así, ¿para qué, entonces, el sacerdocio ordenado? Además, nos dice que “las CEBS toman a su cargo las responsabilidades religiosas y sociales de su sector”. El padrecito es innecesario. Sabemos que los laicos son, a su manera, sacerdotes, profetas y reyes. Pero no en lucha o como alternativa ante la jerarquía, como en Isamis.

Explica que “la iglesia es MINISTERIAL, o sea, animada principalmente por seglares”. “En un primer tiempo las CEBs eligen sus responsables (…)”. Despuéslos sacerdotes y las religiosas se ponen al servicio de estos equipos y ministerios”. Aquí se entiende por qué los de Isamis rechazan a los hermanos heraldos y a los nuevos sacerdotes llegados de otras diócesis, y también a los Obispos, al Nuncio, al Papa… y a todo el mundo: es porque no fueron elegidos por ellos ni  están a su servicio. Y por eso ahora quieren elegir un Obispo que esté de acuerdo con ellos. Recordemos que en una asamblea diocesana “destituyeron” al Administrador Apostólico nombrado por el Papa y propusieron en su lugar al Obispo vecino de Aguarico, Mons. Sádaba.

Después de las CEBS, los equipos y los “ministerios” (que ya veremos lo que son), nos explica el Padre Pierre que nace lo que llaman “COIM”, Comunidades para la Iglesia y el Mundo. Dice componerse de “20 misioneros célibes, varones y mujeres y 40 parejas. En Sucumbíos no nos consta esa cantidad. Y sabemos que esa realidad está en franca decadencia, para no decir en “caída libre”: muchos de esos célibes se casaron, inclusive entre sí, y las parejas –las preexistentes y las que son fruto de estas uniones- ya “no practican”…). Estos curiosos “misioneros” no son dirigidos por un sacerdote, aclara el artículo: “el sacerdote no es necesariamente el responsable del equipo; el mismo equipo decide quién será su coordinador”, como diciendo que esa gente de las COIM ya superaron esas infantilidades de aprender, de obedecer y de celebrar los sacramentos.

Sigue explicándonos que caminan “con los dos piesyen cuatro direcciones” (bueno, todo el mundo camina con los dos pies… En cuanto a caminar en cuatro direcciones, parece una cosa propia de estrábicos, pero veamos lo que nos explica):

Los servicios y ministerios trabajan, al mismo tiempo, en 2 servicios - de ahí la comparación de los ‘2 pies’ -: Los servicios eclesiales (7: catequesis, bautizos, infancia misionera, jóvenes, familias, compartir financiero y vocaciones) y los servicios sociales (6: salud, educación, organización popular, derechos humanos, solidaridad con los pobres y atención a los enfermos). El año pasado (2007), nació de las CEBs un Movimiento Político que presentó candidatos de entre sus miembros para las elecciones locales (igual que en otra diócesis del país que el movimiento nacional de los seglares católicos. Solo faltó decirnos que los servicios eclesiales los hacen los laicos, y los sociales, los padrecitos… que es más o menos lo que pasaba en Sucumbíos.

Bien, los resultados no han sido muy apreciables que digamos. Al menos, y precisamente, en catequesis, bautizos, jóvenes, familias, compartir y, sobretodo, en vocaciones. Tampoco en salud. Que vengan a nuestra provincia los que duden y lo comprueben. Sí hay que reconocer que tuvieron algo de éxito en “un Movimiento Político que presentó candidatos de entre sus miembros para las elecciones locales”. El artículo no dice que contaban en esa campaña política con el apoyo precioso de la Radio del Vicariato… que es de ellos mismos. Una radio que camina con un solo pie, pues más se interesa con asuntos políticos que religiosos.

Termina hablando de los “ministerios instituidos” y los pone a la par de los diáconos, siendo que estos últimos son clérigos, hacen parte de la Jerarquía de la Iglesia porque han sido sacramentalmente instituidos ¿o Monseñor Gonzalo nos les confirió el sacramento? Los otros, cuando mucho, son servicios reconocidos, compuestos por gente buena y servicial que se ha comprometido así con la Iglesia… junto a gente no tan buena ni tan comprometida (o comprometida con esta “iglesia diferente” que es Isamis). Estos “ministerios instituidos” se prestan a confusión ante la gente sencilla que siempre tiene como referencia al padrecito que es quien debe asumir la dirección de la Iglesia. Ese es el deber y la vocación de un sacerdote; para eso estudia, se forma y se consagra.

Afirma por fin  que en ISAMIS tienen “11 diáconos casados”. No es verdad. No llegan a once y no todos son casados. Hay por ahí alguno divorciado y también algún soltero.

Resumiendo, decimos que desconsiderando el sacerdocio, ha sucedido que la Eucaristía de la cual vive la Iglesia, era la gran ausente en ISAMIS. Y por eso, en vez de estar “sembrando vida” como dice su slogan, han estado sembrado muerte, porque la vida le viene a la Iglesia de la Eucaristía y de los sacramentos cuyas celebraciones las preside necesariamente el sacerdote.

¿Será que estas explicaciones elementales que damos les sonarán como preconciliares, medievales y fanáticas? Si es así, Isamis no es católica, es otra iglesia. No quieren reconocer explícitamente que no sean católicos, pero da lo mismo: lo proclaman en sus escritos, en sus afirmaciones y en sus actitudes.

Atención: no se niega que el Concilio valore y promueva a los laicos, ni que los pobres sean los preferidos de Dios. Eso lo sabíamos antes de que Isamis nos lo diga. Lo que afirmamos es que es totalmente temerario y anticatólico pretender organizar una iglesia diferente sobre “ministerios laicales” y no sobre la Eucaristía (“La Iglesia vive de la Eucaristía, porque de aquella Sangre nace y trae vigor la cotidiana entrega a las labores relacionadas con el anuncio del Evangelio”, Beato Juan Pablo II) y prescindiendo de la constitución Jerárquica de la Iglesia reafirmada por el Concilio Vaticano II. El irrespeto y desobediencia de Isamis a Cardenales, al Nuncio y a Obispos –para no hablar del propio Papa- nos muestra, una vez más, hasta dónde va su “iglesia ministerial”…

Los primeros carmelitas que llegaron a Sucumbíos tenían la cabeza en su lugar, caminaban bien sobre sus dos pies y en una única dirección (Genit Cabezas diría “tenían la película muy clara”). Después las cosas se complicaron. Pero, poco a poco, se están des-complicando y volviendo a la normalidad.

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