viernes, 30 de septiembre de 2011

Religión y política en Sucumbíos

Los que tanto se quejan de calumnias, mentiras y difamaciones, escriben en su blog precisamente esas cosas en contra de los fieles de Sucumbíos y de los hermanos heraldos del Evangelio.

Comienzan su artículo con la cita de un pensamiento de un santo de su iglesia, Gandhi, con foto y todo; si hasta le pusieron una aureola! Y terminan su artículo con una “cita” imaginaria que ponen en los labios de Jesús. Una cita, además, con términos vulgares y que incita al incumplimiento de los mandamientos y de los sacramentos. ¡Una blasfemia en la boca de Dios! Vemos en esto, una vez más, el espíritu maléfico de Isamis.

Luego discurren sobre la cercanía necesaria entre la religión y la política, diciendo evidencias primarias que a nadie se le ocurre negar y ejemplificando, una vez más, con otro santo de su devoción, esta vez el Dalai Lama, cuando podrían haber puesto para hablar de la hermandad entre política y religión, por ejemplo, a Pablo VI discursando en la ONU o a Benedicto XVI en el parlamento alemán.

Bien, vamos al tema de la política. La política podría definirse como la ciencia que trata del gobierno de los estados y que presupone el servicio a la comunidad. Por lo tanto es algo intrínsecamente bueno, noble, necesario, indispensable. No sabemos de dónde inventaron los de Isamis que los partidarios de los heraldos y de los carismáticos se desinteresan o condenan esta noble función. Además la política es una vocación, y nada mejor que presidentes, ministros de estado y asambleístas cristianos, que hagan valer la fe católica que profesan la gran mayoría de los ecuatorianos.

El problema es cuando la política es opuesta a los intereses del bien común. Cuando viola derechos y no cumple deberes. Cuando invade áreas que no le competen como sucedió en nuestro país en que el Presidente de la República pretendió inmiscuirse en las decisiones de la jerarquía eclesiástica, como vimos en el caso de Sucumbíos. Sería igualmente censurable y hasta peor, que un obispo de la Iglesia pretenda decretar  normativas para el comercio exterior o la defensa del territorio. A Dios lo que es de Dios y al cesar lo que es del Cesar.

Como ya es praxis, hacen abundante y excesiva profesión de fe diciendo que son fieles al Vaticano II, a Medellín, a Puebla, a Santo Domingo, a Aparecida (¿por qué no dicen simplemente al magisterio de la Iglesia?); también repiten el disco rayado de su supuesto compromiso con “los/as campesinos/as, afroecuatorianos/as, indígenas, mujeres, jóvenes y sectores urbano, populares, etc.” Esta vez faltaron los blancos/as y los mestizo/as…

No nos parece correcto decir que no “se tragan la neutralidad política” de los heraldos, pues en su breve permanencia entre nosotros se relacionaron bien con todas las autoridades políticas y del estado (alcalde, gobernadora, prefecto, asambleístas, hasta con el Presidente de la República, con quien estuvieron en una reunión en el aeropuerto de Lago Agrio). No hicieron alarde de partidismo ni de favoritismo por razones ideológicas.

Digan los de Isamis, con nombre y apellido, con fechas, lugares y documentos de apoyo, con qué sectores de “poder económico”, con qué “partidos de derecha”, con qué “saltimbanquis políticos” y cómo es que los heraldos buscaron tener influencia en la fuerza pública (militares y policías). Mientras no prueben estos delirios, son reos del epíteto de mentirosos, difamadores y calumniadores.

Por lo que sabemos y fue de dominio público, los heraldos trabaron buenas relaciones con las más diversas personas, algunas con más poder económico que otras, pero en eso no hay nada de censurable. No consta que se hayan relacionado con petroleras, o con empresarios, o con terratenientes. ¿Partidos de derecha? Sabemos que el Padre Rafael Ibarguren visitó al asambleísta Armando Aguilar (que es de izquierda y, además de Isamis) en su casa de Lago Agrio y que el asambleísta Guido Vargas (que es de derecha) entrevistó al  padrecito en el Vicariato. ¿Saltimbanquis políticos? ¿Se referirán a Jofre Poma? ¿a Nancy Morocho? No parece. Cuanto a los militares y policías, sabemos que apoyaron la novena de navidad en las instituciones de la fuerza pública y que dieron asistencia religiosa a soldados y policías en sus cuarteles. ¿Los militares y los policías no hacen parte del pueblo y no son ecuatorianos dignos de respeto y de ayuda? Qué barbaridad esta iglesia de Isamis que se dice “incluyente” y “solidaria” segregando y excomulgando a comerciantes, políticos y a soldados, categorías que existen para el servicio de la sociedad y que son más ecuatorianos que muchos españoles, colombianos y otros extranjeros de Isamis. Nos gusta verificar que a Jesús lo acusaron de cosas parecidas a lo que imputan a los heraldos; los publicanos y pecadores serían en la óptica isamita, los ricos, los políticos y los militares…

Sucede que dialogar o polemizar con Isamis es un ejercicio a veces fastidioso, pues hay que explicar evidencias, aunque se ha constatado que a ellos los razonamientos les entran por una oreja y les salen por la otra. Esto que escribimos no es dirigido especialmente a ellos sino a lectores mejor intencionados, a personas que dudan o a simples curiosos.

Para la Iglesia de Sucumbíos el Reino de Dios se va construyendo en la tierra, sabiendo que su culminación definitiva no depende de nuestros esfuerzos humanos , sino de Dios, para los pro-heraldos el reino es fundamentalmente el cielo, una promesa para la vida futura a la que se accede de forma individual, si hay méritos para poder entrar”, dicen.

Eso del reino de Dios es así no solo para la Iglesia de Sucumbíos. Lo es también para la Iglesia de Ibarra, de Tulcán o de Guaranda… Cuanto a negar que al cielo “se accede de forma individual”, los pro heraldos pensamos es una verdadera estupidez, pues nos salvamos o nos condenamos individualmente (puede ser que acompañados por otros, pero eso es otra cosa). En el cielo no habrá Ecuador, ni Sucumbíos, ni Isamis (gracias a Dios). Habrá, eso sí, ecuatorianos, sucumbienses e isamitas… arrepentidos. ¿Afirman los de Isamis que una CEB, por ejemplo, se salva enterita, en comunidad? Que nos expliquen esa extraña doctrina.

Es un insulto a la sociedad de Sucumbíos que recibió con los brazos abiertos a los heraldos y que todos los días marcha en solidaridad con ellos decir que trataron con “guetos cerrados y con planteamientos sectarios”. ¿No está dando prueba de gueto y de secta la gente de Isamis?

Creemos que los Heraldos representan una Iglesia sacramentalista y jerárquica. Los de Isamis, en cambio, una iglesia socialista y niveladora.  Nos quedamos con los sacramentos y con la jerarquía. Con la Eucaristía, con el perdón, con el Papa y los Obispos.  Cuanto a la participación de los laicos, no les fue negada esa participación, al contrario, se nos atrajo y se nos comprometió con la Iglesia. En cambio, los laicos de isamis no brillan por su adhesión a la Iglesia, más bien se aprovechan de ella. Muchos no cumplen el precepto dominical, no frecuentan los sacramentos, no aprenden ni difunden las verdades de nuestra fe, no viven la caridad cristiana. Lo estamos viendo en su artículo sobre religión y política.

Quiero misericordia y no sacrificios”, dice el Señor. En Isamis no vemos ni una cosa ni otra. En los heraldos vimos cariño, respeto y misericordia; vimos también un trabajo sacrificado que ustedes denigran diciendo sin caridad “pobrecitos, casi mártires por la fe y por el papa”.  Que Dios les perdone y se apiade de ustedes, inclusive por el tiempo y la tinta que nos hacen perder por su culpa.

Nota: el artículo isamita del cual se hizo mención está publicado en el blog isamis2010.


http://sucumbiosinformacion.blogspot.com/

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