viernes, 16 de septiembre de 2011

Estemos atentos

Un despacho de la agencia EFE publicado en El Universo del 14 de septiembre da noticia de declaraciones de Monseñor Ángel Polibio Sánchez, Delegado Pontificio para Sucumbíos, del Padre Edgar Pinos, auto-instituido mandamás de la Asamblea Diocesana de Isamis y de un tal Luis Yanza, miembro del frente de Defensa de la Amazonía.

1)    El Delegado Pontificio

La preocupación de la Santa Sede es que se vuelva a la tranquilidad y la normalidad de la vida eclesial", dijo el Delegado Pontificio. Sin duda, es también la preocupación del propio Delegado y la de toda la provincia de Sucumbíos.

También declaró: “No se puede seguir manteniendo un proceso eclesial que se inició hace 40 años y que se ha vivido durante 40 años de la misma manera. La situación del momento, las circunstancias que vive el mundo globalizado exigen que la Iglesia también vaya dando respuestas a las circunstancias actuales”.

Muy acertadas y oportunas son por cierto estas declaraciones.

2)    El Padre Edgar Pinos

Por su parte el Padre Pinos no fue bien sucedido en las opiniones que vertió. Dijo que el nombramiento de los Heraldos por parte del Vaticano “afectó al trabajo social y popular con las comunidades porque la visión de los recién llegados era un modelo de iglesia jerárquico”. Como si la Iglesia no tuviese una constitución jerárquica (ver Concilio Vaticano II y Catecismo de la Iglesia Católica). Como ya estamos hartos de saber, la iglesia del Padre Pinos responde a un modelo diferente del católico.

El Padre Pinos dice también que como Rafael Ibarguren no es obispo, no puede llevar adelante una diócesis. Eso debe ser según los dictámenes de su asamblea, pero según las normas y costumbres de la Iglesia (Santa Sede y Congregación para la Evangelización de los pueblos) es perfectamente posible llevar adelante un Vicariato (y no “una diócesis”, como dice). Claro, es posible, siempre y cuando el Padre Pinos y sus amigos no le hagan la vida imposible al administrador e impidan cualquier organización y gobierno. Fue lo que el Padre Pinos hizo. Con un Obispo, un Cardenal o un Papa que piense diferente de él, es imposible llevar adelante una diócesis…

Pero ya conocemos estas posturas arbitrarias del Padre Pinos. Ahora, lo que más preocupa es que dice que espera que acudan a la manifestación del sábado entre 3.000 y 4.000 personas. ¿De dónde saldría toda esa cantidad de personas? ya que hemos visto que en manifestaciones anteriores, a pesar de contar con la Radio Sucumbíos y de engañar a la gente (por ejemplo: convocar para celebrar el día de la Mujer pero después orientar a la gente contra los heraldos o traer indígenas a Lago Agrio sin explicar para qué y prometiéndoles almuerzo y algunos dólares, etc.) no juntaban más que pocas decenas de fanáticos o de oportunistas.

Se dice por ahí que vendrán personas de otras provincias y hasta del extranjero. Corre un rumor de que habrá colombianos, argentinos, españoles…(?) Se dice también que los venidos de afuera tomarán medidas de fuerza (antes, durante o después de la tal manifestación) como ocupar la casa diocesana o la catedral. Todo es posible con esta gente.

Sobre este último punto deseamos dos cosas: 1) que nuestro pueblo observe atentamente las caras de las personas que participen en la manifestación. Además de los de siempre, constataremos que la inmensa mayoría es ajena a nuestro medio, que no es de Sucumbíos. 2) que el Padre Pinos haga como Monseñor Rafael Ibarguren que llamó a la policía para proteger el desarrollo de una pasada asamblea diocesana, lo que imposibilitó que haya desórdenes. Está a su alcance evitar disturbios.

Si el Padre Pinos quiere la reconciliación, la legalidad y la paz, es bueno que tome medidas preventivas. Ahora, si quiere el enfrentamiento, el desorden y la guerra, que siga siendo el mismo de siempre.

Los fieles católicos estaremos rezando por la paz y la prosperidad de Sucumbíos.

3)    El Señor Luis Yanza.

Aunque no consta que sea una figura representativa del catolicismo local, el Sr. Yanza declara que los Heraldos no respetaron el “modelo eclesiástico, social, participativo y no excluyente de las comunidades que se construyó durante 40 años”. Precisamente los heraldos tenían la consigna de reorganizar todo el trabajo pastoral en otra perspectiva e implantar un modelo diferente del de 40 años, aunque también social, participativo y no excluyente.

El Señor Yanza dice que, como Jesús, los carmelitas eran cercanos al pueblo. Y da la prueba: “levantaron un orfanato y un club de futbol donde se inició Antonio Valencia jugador del Manchester United”…

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