lunes, 5 de septiembre de 2011

El vaticanista Maestro Sandro también tiene que aprender


MIENTRAS QUE LA GENTE DE ISAMIS CONTINUAN CONSIDERANDOSE LOS DUEÑOS
DE LA SITUACION EN EL VICARIATO, Y TODO LO QUE NO SEA HACER SU VOLUNTAD
ES DIVISIÓN Y ENFRENTAMIENTO, HAN APARECIDO ALGUNOS COMENTARIOS
SOBRE LO ACONTECIDO EN ESTE VICARIATO QUE NOS PARECE NECESSARIO ACLARAR.
LA FINALIDAD DE NUESTRO BLOG ES CONSEGUIR LA PAZ,
Y PARA ELLO CREEMOS QUE SE HACE NECESARIO QUE ESA GENTE PREPOTENTE,
RECONOZCA CON HUMILDAD QUE SU OPINION ES UNA MAS, MINORITARIA,
ENTRE LAS MUCHAS QUE EXISTEN ENTRE NOSOTROS.
EL PERIODISTA ITALIANO SANDRO MAGISTER - EL MAESTRO SANDRO, PODRIAMOS TRADUCIR -
HA PUBLICADO UN ARTICULO QUE POR HABER SIDO INMEDIATAMENTE REPRODUCIDO POR LOS ISAMITAS,
NOS PARECE IMPORTANTE ACLARAR Y PUNTUALIZAR.
ES LO QUE EL LECTOR ENCONTRARÁ A CONTINUACIÓN EN EL EXTENSO ANALISIS QUE HACEMOS.

Nos sorprende una vez más la capacidad que tienen los “isamitas” de encontrar “amigos” en algunos ambientes de resonancia internacional. Su reanimado blog ha reproducido el comentario que dedica a la situación en el Vicariato de Sucumbíos el periodista italiano Maestro Sandro, que parece ser un personaje muy leído y muy bien informado de ciertos ambientes vaticanos.

¿Por qué los “isamitas” se interesarán por algo que parece les llega de algún recanto del Vaticano?

Pero vayamos por partes. ¿Quién es el Maestro Sandro? –No sabemos si su nombre es real o es pseudónimo: ¡Sandro Magister! Por la información que hemos encontrado en una rápida busqueda por el internet, es un personaje muy considerado en ciertos círculos intelectuales de los ambientes católicos.

A Sandro Magister lo presentan como teólogo, hombre casado y padre de dos hijas, lo que es lo normal en la Italia de hoy. Lleva 40 años siguiendo la actualidad católica. Debe tener, imaginamos, por lo menos 60 años; probablemente varios más. Y escribe en el semanário “L´Espresso”, siendo considerado como uno de los “vaticanistas” más conocedores de los bastidores de aquel ambiente.

Todos lo presentan como “uno de los mayores expertos mundiales en temas vaticanos”. Realmente, en el blog que mantiene se pueden leer sus artículos y análisis en cuatro idiomas, y tratan de temas polémicos de actualidad. A veces lo presentan como un hombre que sabe lanzar al aire “balones de ensayo”, para después obsevar y analizar (sin que siempre se publiquen estos análisis) las repercusiones recogidas.

Vemos que no es una pesona “cualquiera”; y, por eso, nos llama la atención que se haga eco de lo que acontece en este rincón de la Iglesia Universal, justamente en el momento que, terminadas las vacaciones estivales vaticanas, se habla de que deben reunirse en Roma importantes personalidades relacionadas con la iglesia ecuatoriana, para presentar al Papa un informe, dar sugerencias de soluciones y esperar una decisión del Pontífice Romano.

Conocido por alto “el vocero de algunos ambientes curiales”, vamos al grano: ¿Qué dice el Maestro Sandro? ¿Qué intención habrá tenido, o habrán tenido los que le pidieron que escribiera sobre este asunto? Para nosotros, que vemos la alegría de los “isamitas” y que vamos a ser los que acabaremos sufriendo las consecuencias de lo que se decida en Roma, el asunto nos interesa mucho.

El blog de Isamis titula su comentario “¿El profesor Ratzinger? Demasiado bueno”. Sandro Magister indica en la “nariz de cera” de su artículo de la semana de finales de agosto el punto que nos parece ha sido la causa de la alegria –creemos que bastante infundada– de los “isamitas”: “(Ratzinger) en un primer examen tiende a promover a todos, también a esos grupos y movimientos que luego le dieron grandes desilusiones. Tres casos de estudio: los neocatecumenales, los monjes de Vallechiara, los Heraldos del Evangelio”.

En abril de este año Sandro Magister hablaba de los “desilusionados por el Papa Benedicto XVI”. Al pasar los meses, y después de las vacaciones, le tocaría al Papa ser el desilusionado. Al final de cuentas, según el vaticanista, nos encontramos en una iglesia de “desilusionados”. ¿Será siempre la misma causa el factor de desilusión? No vamos a entrar en ese análisis, pero ¡afirmamos que no!

Más de la tercera parte del artículo del Maestro Sandro la dedica al caso de Sucumbíos, y es ahí donde entran los Heraldos del Evangelio. Si algo sienten ellos la necesidad de decir, lo harán. A nosotros, ya lo hemos dicho, nos interesa Sucumbíos. Y sobre este punto vamos a enfocar nuestra atención.

Dice Sandro Magister que los misioneros enviados por el Papa al Vicariato de San Miguel de Sucumbíos “son un movimiento católico marcadamente tradicionalista y conservador, en el extremo opuesto de las corrientes católicas latinoamericanas que se nutren de la Teologia de la Liberación” (el Maestro la coloca pomposamente con mayúsculas).

Por la redacción dada al párrafo ya se puede percibir de donde vienen los tiros y de que pie cojea nuestro vaticanista. ¿Cuáles y quiénes son las corrientes “católicas” latinoamericanas que se nutren de la TL? – En primer lugar, colocamos “católicas” entre comillas, pues repetidamente ha sido condenada la teología que se nutre del examen y de la praxis marxista para reinterpretar la doctrina evangélica. – Del otro lado, ser tradicionalista y conservador no es ninguna herejía.

El propio vaticanista Sandro Magister (lo hemos leído en algunos de sus artículos) reconoce que el Papa Benedicto XVI (el Papa Ratzinger, como les gusta decir) es quien sustenta que el Concilio Vaticano II tiene que ser leído en continuidad con la Tradición de la Iglesia. Y las “corrientes latinoamericanas” están formadas en su mayoría por europeos, que han estudiado en universidades de Europa y han venido a América a hacer la Revolución (sea por la teología o sea por las armas, o ambas cosas). Ejemplo claro el anciano Obispo Emérito Fray Gonzalo, OCD.

Es muy interesante ver que Sandro Magister (y los que por detrás de él se puedan mover) coloca al Vicariato Apostólico de San Miguel de Sucumbíos como el lugar en donde se dio el conflicto entre la “teología de la liberación” y la Iglesia Católica del “Papa Ratzinger”.

Otro párrafo sospechoso de Sandro Magister: “Gonzalo, simpatizante de la teología de la liberación, y en consecuencia de las comunidades de base, la lectura popular de la Biblia y la creatividad en la liturgia”. Leído un poco rápidamente, ¿qué de malo habría en la “teología de la liberación”? O el vaticanista vive exclusivamente en los salones de los Palacios Vaticanos o esconde la realidad de lo que son las “comunidades de base” de Isamis y de Fray Gonzalo (pequeños nucleos donde los coordenadores tienen claramente una ideología izquierdista-marxista, dedicados a reivindicaciones que nada tienen que ver con la religión católica, y donde procuran atraer otras personas); ¿cual es la reinterpretación bíblica que hacen en esas lecturas populares de la Sagrada Escritura? (basta recordar el último Sinodo sobre el tema, y la preocupación de la Iglesia ante tanta variedad de interpretaciones y traducciones de la Biblia); ¿en qué consiste la “creatividad” litúrgica? La Sagrada Congregación que cuida de estos asuntos, se lo podrá informar (en nuestro blog encuentra fotos que son suficientemente “creativas” para asustar a cualquiera).

Otro engaño, si es consciente o inconsciente no lo sabemos, de Sandro Magister, es decir que la Congregación para la Evangelización de los Pueblos “no estaba contenta”. El, que conoce tan bien los ambientes vaticanos, sabe de sobra que no hay Congregación en la Curia Romana que sea capaz de conocer lo que pasa en todos los rincones del mundo católico. En consecuencia, si la Congregación envío un Arzobispo para realizar una “visita apostólica” fue resultado de numerosas denuncias que estaba recibiendo de que en el Vicariato de Fray Gonzalo las cosas no estaban bien. Y quiso verificar.

Fray Gonzalo estaba con 78 años. No fue substituído, ya había presentado la renuncia, y no se la pudieron aceptar antes porque no hubo ninguna Congregación ni Orden religiosa que quisiera asumir aquel laboratorio en donde se movía la droga, la guerrilla, la agitación política, y había, en la práctica, muy poca atención religiosa.

Los misioneros Heraldos del Evangelio, a quién el Papa cita en su libro-entrevista “Luz del Mundo” como “jóvenes llenos de entusiasmo por haber reconocido en Cristo al Hijo de Dios y por anunciarlo al mundo”, quisieron obedecer el pedido de la Iglesia y llegaron a Sucumbíos sin conocer nada de lo que aquí pasaba, y no imaginaban la “ratonera” en que eran introducidos.

Una segunda verdad encontramos en el artículo de Sandro Magister: “Pero a su llegada, los recien llegados encontraron inmediatamente la áspera oposición de los dirigentes por ellos desplazados”. Esta verdad, que la esconden y sobre la cual mienten tanto los “isamitas”, es la que deben tomar en cuenta en el Vaticano a la hora de examinar lo acontecido durante estos últimos meses en Sucumbíos.

No fueron los misioneros del Papa los causantes del supuesto “desorden social”. Ya les esperaban los “dirigentes desplazados” levantados en armas contra todo lo que ellos fueran a realizar. Un ejemplo: por establecer en la Catedral (sic – si es que a esas paredes sin terminar se puede llamar de Catedral) la Misa diaria, un carmelita habría reclamado de que la Misa diaria acababa matando las “comunidades”.

Por parte de los misioneros Heraldos, de eso somos testigos todos los habitantes de Sucumbíos, nunca hubo desencuentros ni verbales y mucho menos físicos (como afirma el Maestro Sandro, a saber informado por quién…). Protestas y marchas, las sigue habiendo, después de tres meses de haber salido los misioneros. Aquí en Sucumbíos no tenemos noticias de que la Conferencia Episcopal de Ecuador se haya dividido entre favorables y contrarios. El prudente silencio y la espera ha sido la nota característica.

Que hayan intervenido “exponentes del gobierno” del presidente Correa, que se define como “católico de la teología de la liberación”, en la refriega, no tiene nada que ver con los misioneros. Pero Sandro Magister también esconde que por detrás de esos enfrentamientos estaban los padres carmelitas de Burgos (Provincia de la que anteriormente dependían los carmelitas de Sucumbíos), que comparaban el caso de Ecuador con lo que aconteció con Santa Teresa cuando le pidió a Felipe II que le ayudase a conseguir las autorizaciones de Roma, porque el Nuncio de aquel entonces no gustaba de la Reforma por ella emprendida. Ignorancia histórica y religiosa que estuvo a punto de crear una situación humillante para la Iglesia.

Interesante anotar el nombre que indica Sandro Magister como su informante en la Secretaria de Estado vaticana. Del señor Nuncio tampoco sabemos nada.

La afirmación, que tiene su veneno en la boca de Sandro Magister, es la realización de las proféticas palabras de Cristo: ser piedra de escándalo, para que se muestre al mundo lo que hay en el interior del corazón de los hombres: “Los Heraldos del Evangelio tienden en todas partes a dividir".

Afirmación que además se contradice con lo que el propio Maestro había dicho y hemos reproducido más arriba: “los recien llegados encontraron la áspera oposición”. Los misioneros no tienden a dividir, y la prueba más contundente es ver como unieron a los católicos en torno del Papa. Los que procuraban a toda hora promover enfrentamientos –todo ya combinado con las autoridades del gobierno izquierdista de Ecuador– eran los “isamitas”, dirigidos por los carmelitas españoles, para llevar a las “autoridades neutrales” a exigir la salida de ellos.

Sobre este asunto se debe tratar en breve en Roma. Sandro Magister, la voz de algún sector de los que se mueven por ahí, lanza su “balón de ensayo” y promueve una clara actitud mentirosa, insinuando que el Papa estaría desilusionado al ver que “dividieron” en lugar de “unir”. Una palabra del Papa y ¡todos contentos! A comenzar por los misioneros y su Administrador Apostólico, que han dado señales de una prudencia dificil de encontrar en los días de hoy.


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