El burlador burlado
Leíamos ayer el comunicado de prensa de la Vocera oficial y única de Mons. Gonzalo López, OCD, y nos vino a la imaginación una historia que todavía se contaba en nuestra época de estudiantes de literatura clásica castellana. Hace muchos años, es verdad. No tantos como los que pesan sobre el anciano Obispo Emérito de Sucumbíos; historia que quizás él recuerde también.
Nos decía la señorita María de los Angeles Vaca: "La Asamblea Diocesana de la Iglesia de san Miguel de Sucumbíos, en un comunicado hecho público hoy, desmiente las afirmaciones que se le atribuyen en un correo electrónico puesto en circulación; en un claro intento por manipular y dañar la imagen de la Asamblea Diocesana ante la Conferencia Episcopal Ecuatoriana".
Como siempre, esta señora va atribuyendo potestades, y ella misma pontifica, como si fuese la infalible todopoderosa. No existe "Asamblea Diocesana de la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos", como bien dijo el señor Arzobispo de Guayaquil y Presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. Son un grupito de personas, que al margen de la Iglesia y del Administrador Apostólico, se reunieron y se declararon así mismos la "autoridad máxima", por encima del propio Vaticano. Y como jefe de esa falsa Asamblea aparece el Padre Edgard Pinos, reconocido verbalmente -- según ellos mismos afirman (sic, sic) -- como Coordinador de Pastoral Social por el Delegado Pontificio por ocasión de su breve permanencia en Nueva Loja.
Pues bien, "desmiente afirmaciones que se le atribuyen ... en un claro intento por dañar la imagen de la Asamblea ante la CEE". En principio no habría nada que dañar, una vez que se trata de un "busto" al que no han conseguido dar vida, y la propia CEE no le reconoce ningún valor.
Nada nos parece más lógico, y merece aplauso, que se indigne la persona a la que le atribuyen "palabras y frases" que no han sido dichas por ella. Sobretodo, y con más razón, si esas frases son ofensivas a terceros, a los que se compromete en su fama y honra. Y en la buena amistad que la persona pueda tener con la ofendida.
Por eso, la obra de Tirso de Molina que nos vino a la mente parece de lo más oportuno. La dramatización del mito de Don Juan Tenorio ha marcado muchas épocas. Y los "isamitas carmelitas españoles" parecen maestros en esta literatura. Cuando el Burlador de Sevilla "goza buscando a hombres y mujeres y destruyendo vidas y honras", y procura vivir en la ficción de "un mundo donde nada es realmente cierto", solo salió del engaño "al ver el rostro de la muerte".
Al "burlador burlado" le recordamos otra poesía de Félix María de Samaniego, que nuestros frailes burgaleses deben conocer también:
Dijo la zorra al Busto,
después de olerlo:
como éste hay muchos,
que aunque parecen hombres,
solo son Bustos.
Desde el mes de octubre del año pasado hemos vivido bajo las mentiras y medias-mentiras del personal del "isamis carmelita". Decían que dicen lo que nadie decía, y siempre se lo achacaban a los que no pensaban como ellos. Y siguen mintiendo con el mayor descaro. Pero ahora las fotografías y los videos que circulan por el internet son la PRUEBA de que ellos mienten; de que no representan a los ciudadanos de Sucumbios; de que no quieren ser "hijos fidelísimos de la Santa Madre Iglesia", sino fundadores y constructores de "una iglesia diferente", con repercusiones en lo social que no son condicentes con la doctrina de la Iglesia.
Pero como el mítico Don Juan Tenorio, que él mismo acreditaba en las mentiras y calumnias que salían de su mente febril, llega el momento de la Providencia Divina en que le hace ver el "rostro de la muerte".
La impresión que se tiene es de que los propios isamitas no saben que hacer con esta historia del ayuno público en el que le embarcaron al anciano Fray Gonzalo; las gentes no se interesan, porque ya están informadas de que todo es un show montado sobre MENTIRAS. Y el show cansa y aburre.
¿Dejarán morir a Fray Gonzalo, para montar un nuevo "escándalo" internacional y seguir acusando al Vaticano de insensibilidad ante el "hermano" que "busca la paz", que él mismo destruyó?
El apócrifo Documento que circula con esas frases realmente impropias de cualquier persona bien criada, ¿no habrá sido inventado por los propios "isamitas" para tener material que les permita seguir vocifererando y escribiendo cartas a las autoridades, exigiendo la libertad para los isamitas acusados de terrorismo en Nueva Loja, y pidiendo la expulsión de todos aquellos que no aceptan sus ideas revolucionarias?
En este caso, nada más apropiado que volver a leer la obra de Tirso de Molina: "el burlador burlado".
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