Para la reconciliación deseada en Sucumbíos, más que “superar diferencias” se deben “corregir errores”. Y, en todo caso, dejar de lado la jactancia y el espíritu de revancha de que van dando muestra los seguidores de Isamis.
Los errores no son pocos: son de orden dogmático, canónico, litúrgico, pastoral y moral…
No en vano el Cardenal Iván Días, Prefecto de la Congregación de la Evangelización de los Pueblos, decía en una carta a Monseñor López Marañón el 15 de Octubre pasado: “el nuevo Administrador Apostólico tendrá que organizar el Vicariato e implantar de manera diferente todo el trabajo pastoral”. Esto indispuso terriblemente a Mons. López y a sus seguidores que se pusieron en campaña para alejar a los nuevos misioneros enviados por Roma.
Es que Roma no tiene parte en Sucumbíos. Allí es la “Iglesia de Jesús”, es el “proyecto del Reino” o es la Iglesia “católica apostólica y ecuatoriana”…
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