domingo, 11 de septiembre de 2011

En el mucho hablar no faltará pecado

Aterra ver con qué liviandad opinan sobre cosas importantes personas que lo hacen en un estilo que quiere ser elegante, desde una postura de víctimas (eso es siempre conveniente…), con aires doctorales y sin lógica ni trasparencia verdadera.

Creemos que estas polémicas o discusiones sobre lo que sucede en Sucumbíos en que toman parte algunos blogs, son seguidas por muy poca gente, apenas por algunas pocas personas más intelectualizadas que se identifican tanto con la postura de Isamis en rebelión con la Iglesia oficial, cuanto con la postura de la Iglesia oficial, herida por la rebelión de Isamis.

Pensamos que en estos diálogos o entrechoques deben respetarse normas éticas y salvaguardar el sentido común. ¿Constatar hechos verificados? bienvenido sea. ¿Tener pruebas formales de lo que se afirma? bienvenido sea. ¿Citar documentos que aclaren las situaciones? bienvenido sea. ¿Explicar con serenidad  y humildad las cosas, aunque podamos equivocarnos? bienvenido sea.

Pero  levantar pesadas sospechas sin el debido fundamento, y, sobretodo, excomulgar con nota de infamia en nombre de una venerable orden religiosa que tiene tantos siglos y tantos doctores (¿?) –por ahí se deduciría que los que excomulgan serían carmelitas- acusando de maniqueísmo (error gravísimo y fatal) a los que sencillamente han obedecido y querido trabajar por el bien y la verdad combatiendo el error, como eco del mandato de Jesús: “sea vuestro lenguaje sí sí, no no” (Mt. 5, 37)… es una injusticia y una muestra de muy baja calidad humana.

El Tribunal de la Santa Inquisición está de vuelta y denuncia: los misioneros enviados por Roma serían maniqueos. ¿Estarán preparando las hogueras?

La referencia del numeral 285 del Catecismo de la Iglesia Católica (en que habla de pasada del maniqueísmo) no se aplica, ni aclara, ni resuelve nada. Esa cita revela una vez más el estilo de producción del blog isamis2010: más confunde y despista que esclarece.

Entre paréntesis, si algún lector no muy conocedor de lo que sea el maniqueísmo quiere saber lo que realmente es, aumentar su cultura general y ver como en maniqueísmo no tiene nada que ver con Sucumbíos, ni con los carmelitas ni con los heraldos, puede leer la explicación que fue extraída de un blog católico llamado www.corazones.org . Un blog pacífico y sensato, fiel al magisterio de la Iglesia.

Maniqueísmo:

Secta religiosa fundada por un Persa llamado Mani (o Manes) (c. 215-275), considerado por sus seguidores como divinamente inspirado. Comenzando en el siglo tercero se extendió a través del oriente y en muchas partes del Imperio Romano. 

Los maniqueos -a semejanza de los gnósticos y los mandeos- eran dualistas, creerían que había una eterna lucha entre dos principios opuestos e irreductibles, el bien y el mal, que eran asociados a la luz (Ormuz) y a las tinieblas (Ahrimán). Según ellos, Dios es el creador de todo lo bueno y Satanás el creador de todo lo malo.  Posteriormente algunos maniqueos distinguían el Dios del Antiguo Testamento (malo) del Dios del Nuevo Testamento (bueno).  

Los Maniqueos creen que el espíritu del hombre es de Dios pero el cuerpo del hombre es del demonio. En el hombre, el espíritu o luz se encuentra cautivo por causa de la materia corporal; por lo tanto, creen que es necesario practicar un estricto ascetismo para iniciar el proceso de liberación de la luz atrapada. Desprecian por eso la materia, incluso al cuerpo. Los "oyentes" aspiraban a reencarnarse como "elegidos", los cuales ya no necesitarían reencarnarse más.

Para ellos Jesús era el Hijo de Dios, pero que había venido a la tierra a salvar su propia alma. Jesús, Buda y otras muchas figuras religiosas habían sido enviadas a la humanidad para ayudarla en su liberación espiritual.
En práctica, el maniqueismo niega la responsabilidad humana por los males que cometidos porque cree que no son producto de la libre voluntad sino del dominio de Satanás sobre nuestra vida.

Dicho dualismo está condenado por la Iglesia Católica que reconoce un solo Dios Todopoderoso, el mismo del Antiguo y Nuevo Testamento y que ha vencido sobre todos los demonios y las fuerzas del mal.


Cerrando el paréntesis y para terminar, pedimos al redactor del malogrado artículo en cuestión que aclare y que de ejemplos de lo que llama tener “la oportunidad de puntos intermedios que posibiliten otras formas de ser y hacer, que posibiliten caminos de encuentro, de comunión y participación” ¿Qué es ese lenguaje confuso, insinuante y peligroso? ¿Sería lograr una componenda entre el bien y el mal? Parece. ”Otras formas de ser y hacer” dicen, ¿Cuáles? ¿Las “otras formas” son compatibles con las de siempre o son excluyentes?

Una cosa nos queda clara, clarísima: los isamitas en nada se parecen a los místicos y doctores de la Orden carmelitana, gigantes de amor, de ciencia, de experiencia y de humildad. Los citan en su artículo como si fuesen un escudo y un aval a su triste credo y conducta. Los místicos carmelitas no buscaron los “puntos intermedios” ni “caminos de encuentro” no se sabe con quién… Fueron valientes y radicales seguidores del bien integral, sin concesiones. Como Elías, consumido de celo por el Dios de los ejércitos y en guerra total con los ídolos y los idólatras de su tiempo. Sin sombra de maniqueísmo.

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