Ofrecemos esta alocución del Pablo VI a religiosas sobre el peligro de la secularización.
El Papa pone un dilema: o ser santas o monigotes y abortivos de religiosas. Y tres alertas: la autonomía contraria a la pobreza y a la obediencia; el riesgo de las pequeñas “fraternidades” niveladoras y la falta de colaboración con los Obispos ¡Qué interesante!
Atención: Ya no eran los tiempos de Pio XII: ya había pasado el Concilio Vaticano II, ya había sido la reunión de Medellín, ya tuviera lugar la revolución de mayo del 68 en Paris, ya el hombre había llegado a la luna. Por ese tiempo llegaba a la Amazonía ecuatoriana para iniciar su revolución un joven fraile carmelita llamado Gonzalo López Marañón…
“(…) Pero si, por otra parte, la racha de la insatisfacción llevase a ceder a la mentalidad mundana, a sintonizar con modas o posturas efímeras y mudables, a confundirse con el mundo en sus formas, sin discernimiento y sin criterio entonces –vosotras estáis convencidas de ello- el resultado sería verdaderamente deplorable: “si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará?” Para nada aprovecha ya, sino para tirarla y la pisen los hombres” (Mat. 5, 13). La religiosa, como por lo demás el sacerdote y el religioso, si bien en otra perspectiva, se hallan frente a un terrible dilema: o ser santos, totalmente, sin compromisos, para conseguir su plena dimensión, o reducirse a monigotes, a caricaturas, a seres deformes y, permitidnos decirlo, abortivos. Los peligros de la secularización son evidentes, en todos sus reflejos: y en particular por lo que se refiere a la pobreza, cuando se busca una autonomía que está en contraste con el espíritu de renuncia propio del Evangelio y de la vida religiosa; la tentación del individualismo, hoy tan celosamente sentido por el hombre moderno, como su característica intangible, puede corroer también vuestras comunidades, cuando se formen pequeñas “fraternidades” quizá hasta compuesta de miembros pertenecientes a diversas congregaciones, con el peligro de una nivelación y de un empobrecimiento de la vida religiosa; la obediencia puede verse seriamente amenazada, cuando falta la debida colaboración con el Episcopado y una visión orgánica de conjunto de los planes de apostolado” (…). (“Vida religiosa” Diciembre 1969, órgano informativo del CONFER, Madrid).
El subrayado es nuestro; lo hemos hecho pensando en ciertas religiosas (y religiosos) de Sucumbíos, casi todas extranjeras, como las Carmelitas Teresianas de Puerto Libre, ciertas anas, ciertas lauras, etc. Para no hablar de las tristes “ex religiosas” que tanto protagonismo tienen en Isamis.
http://sucumbiosinformacion.blogspot.com/
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