miércoles, 20 de julio de 2011

Comentario a la Crisis y oportunidades del padre Pierre (isamita)

¿Dónde ha hecho sus estudios teológicos el padre Pierre? O ¿dónde desaprendió lo que debería de haber estudiado?... Probablemente en Sucumbíos, con sus amigos de Isamis.

Dice en un artículo “Crisis y oportunidades” publicado en El Telégrafo de Guayaquil que “las religiones están en crisis” metiendo a la religión Católica en el mismo saco que a sectas y confesiones tan diferentes como cristianos y musulmanes, ignorando que la Iglesia es santa e inmortal y que las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Los “remedios caducados” a que se refiere, son sin duda para el padre Pierre los sacramentos, la oración, la penitencia, la conversión. Todo eso hace que “las religiones se vuelvan más retrógradas al quedarse en un ayer”… ¡Que calumnia contra la Iglesia que por la asistencia del Espíritu Santo tiene la promesa de que el Señor estará con ella hasta la consumación de los siglos! “Lastimosamente la historia no da marcha atrás”, dice; ¡Gracias a Dios que la historia no da marcha atrás y que vamos progresando! El Padre Pierre parece oscilar sin rumbo entre el atractivo de un futuro incierto y el de un pasado del que no termina de renegar…

¿“Milagros y mitos” utiliza la Iglesia para explicar la ciencia? ¡Qué estupidez! Precisamente Juan Pablo II ha explicado magistralmente en su encíclica “Fides et ratio” que la fe y la razón van juntas. Pero el Padre Pierre no lee esa literatura. ¿Una encíclica y de un Papa que es beato?… ¡nunca!

Hace votos para que se plasme “una nueva concepción de Dios”. Es lo que tentaron desde dentro de la Iglesia los herejes, los cismáticos y los apóstatas. Critica que “nos hemos construido una divinidad y un cielo a nuestra imagen y semejanza”. Pero si es precisamente lo que él hace en su artículo en el que concluye denigrando a “dogmas, ritos y sacramentos”, diciendo ni más ni menos que “que todo eso no funciona”.

¡Qué grave son estas afirmaciones en la pluma de un sacerdote! Que un ministro católico piense así es muy grave. Que lo confiese, es peor. Y que lo escriba es propiamente fatal. Oportuno sería que le venga una censura de su Obispo.

Pero… ¿quién es su Obispo? ¿Mons. Arregui de Guayaquil? ¿Un Obispo francés de cuya diócesis proviene? ¿Quién responde por el padre Pierre o a quién da este hombre cuentas de sus fechorías?

Como él dice, la historia no da marcha atrás, aunque algunos recalcitrantes prefieren la era de las cavernas y de las tribus a la civilización cristiana. Y una iglesia sin estructuras, ni leyes, ni sacramentos, más o menos como la religión de los Kitu Kara que en otro reciente malogrado artículo el padre Pierre elogió. Al final, el Padre Pierre, ¿es un sacerdote católico?


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