jueves, 7 de julio de 2011

Indecisiones vaticanas pueden perjudicar al pueblo de Dios

No cabe la menor duda de que la "sabiduría popular" tiene a veces mucha profundidad. "Las cosas de Palacio andan siempre despacio". Y el Vaticano es mucho más palacio que nuestro querido Carondelet, donde desde los tiempos de la Real Audiencia se gobierna, o se desgobierna, este pequeño Ecuador.

Pequeño territorialmente, pero nos atrevemos a decir que la Providencia Divina colocó sobre esta tierra su mirada bondadosa y de donde deben salir cosas más grandes, para gloria de Dios, de su Santa Iglesia y de nuestro pueblo de Dios.

La primera Real Audiencia no estuvo en la Plaza Grande, donde se levantó la Catedral, el Palacio Episcopal (hoy ya lo es Arzobispal) y el Consistorio. Y en la esquina de las actuales Calles Garcia Moreno (de las Siete Cruces) y Chile, se levantó a partir de 1577 el primer Real Monasterio de monjas de la Real Audiencia, que por iniciativa de los Frailes Franciscanos fue dedicado a la Limpia Concepción de la Bienaventurada Virgen María: la Orden Concepcionista.

Orden fundada pocos años antes por Santa Beatriz da Silva y Meneses, Dama de la Infanta de Portugal que casó con Don Juan I, Rey de Castilla y León, padres de la Reina Isabel la Católica de España, en cuyo reinado América inició su verdadera Historia.

En la actual iglesia de este Real Monasterio se conserva una Imagen milagrosa, de las muchas que existen en Quito. Es de tamaño natural, de busto, policromada, aunque desde los primeros momentos se la vistió de Reina y Soberana: Abadesa del convento, con las llaves en una de sus manos y el Báculo abacial en la otra.

Una de las primeras religiosas que entraron en la Clausura, de muy temprana edad, fue la conocida Madre Mariana de Jesús Torres y Berriochoa. Poco se conoce de su vida, pero circulan en la actualidad tres libritos que nos cuentan un poco su historia, sus milagros y las apariciones que tuvo de la Santísima Virgen, y las profecias que le hizo.

Ecuador tiene un gran futuro por delante. Los gobiernos pasan y las tempestades se acalman. ¡Dios es eterno y siempre vence! Que se lo pregunten a Chávez, que después de visitar a nuestro presidente Correa se fue a ver a la momia de Castro en Cuba y allí tuvo que quedarse hasta regresar a Caracas para decir que tiene los días contados y que el cáncer ya marcó la fecha de su muerte.

La Iglesia Católica Apostólica y Romana tampoco muere. Ni las puertas del infierno podrán prevalecer contra Ella. Los hombres pasan; los Obispos también mueren y la Providencia Divina va suscitando hombres e Instituciones para renovar su Iglesia y reformar las costumbres de sus miembros pecadores.

¡La Iglesia no tiene prisa! Sabe que quien la dirige es el propio Espíritu Santo, por medio --es verdad-- de hombres: el Papa (Cristo en la tierra), los Obispos, ayudados por los Sacerdotes y Religiosos. Y tantas otras instituciones religiosas y laicas.

La Agencia Vaticana de Información (Vatican Information Service - VIS) ya nos ha informado dos veces de las Audiencias concedidas por el Papa Benedicto XVI al Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, de quien depende el nombramiento del Vicariato de San Miguel de Sucumbios. Algunos entendidos en estos temas relacionados con la burocracia vaticana nos han escrito diciendo que en este momento el "problema Sucumbíos" ha pasado a otra esfera, la de la Secretaria de Estado, una vez que el gobierno ecuatoriano esta interviniendo fuertemente en asuntos que no son de su competencia. Presiona al Nuncio en Quito; y por medio de su Embajador en el Vaticano, presiona directamente en la Secretaria de Estado.

Situación complicada: una cosa es la política y otra cosa es la disciplina eclesiástica. Ya se han levantado muchas situaciones feas y comprometedoras, tanto en materia litúrgica, como pastoral y moral. Y eso no será fácil cubrirlo con el simple silencio. Esta en la boca de todos. O el Vaticano toma medidas disciplinares, y también los superiores de la Orden Carmelita Descalza y de la Consolata, o el descredito aumentará cada vez más.

La salida, al menos oficial, de los frailes carmelitas españoles ha sido vista como una buena medida de purificación religiosa. Pero quedan los otros que acompañan al Isamis de Fray Gonzalo, OCD. Los padres seculares que están dando asistencia dominical provisionalmente no acaban de encontrar su lugar.

Lo más importante, a nuestro parecer, es definir las situaciones. Y eso no aparece todavía muy claro en el panorama: quieren las autoridades eclesiásticas poner orden y decir lo que es permitido y lo que no esta permitido, o seguiremos viviendo en esa confusión generalizada que nada arregla y nos llevará a situaciones cada vez de mayor calamidad.

¡Quien sufre con todo esto es el Pueblo de Dios!

Tomado de: http://www.sucumbiosecuador.blogspot.com/
Escribir a : sucumbios.lavozdelossinvoz@gmail.com

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