viernes, 26 de agosto de 2011

Los “resbalones” del uruguayo Kintto Lucas


En recientes días, en Quito, la prudencia del Vaticano ha sido reconocida por analistas y por diversos sectores de la sociedad ecuatoriana, al atribuirle únicamente a la diplomacia vaticana el hecho de que en los últimos días no trascendiera el cruce de notas con la Cancillería de Quito por la administración eclesial de Sucumbíos. Pero, asimismo, todo el mundo observó cómo las relaciones entre Quito y Roma se tensaron por la improvisación diplomática de Quito, y en semejante torpeza, los analistas no dejan de apuntar con su dedo la línea y origen de ese “tren”: Lucas*–Patiño–Correa (para no hablar de aquellos curas proclives a la tal revolución ciudadana).
Para la Subdirectora del diario Hoy de Ecuador, Thalía Flores, la destreza diplomática del Vaticano jugó más a favor del orden nacional que las conveniencias electorales del gobierno Correa durante la circunstancia electoral del pasado referendum. Esto, a pesar de que, para muchos observadores, la verdadera figura “perdedora” del referendum fue el Ministro de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño.
Asimismo, también se está reconociendo que, Ricardo Patiño y sus erráticas excentricidades ideológicas, tienen un impetuoso coautor, que no es otro que el vicecanciller Kintto Lucas*, a quien se le atribuye –como un resbalón más entre múltiples resbalones–, el muy reciente hecho de que mientras la ministra coordinadora de la Producción, Nathalie Cely, gestionaba en Bruselas el regreso del Ecuador a la mesa de negociaciones con la Unión Europea (UE), declaró en Montevideo que “firmar tratados de libre comercio disfrazados de acuerdos comerciales para el desarrollo es un nuevo intento neocolonial para salvar a sus empresas de la crisis”… ¡Que diplomático y oportuno el Lucas!
El viceministro de Comercio, Mauricio Peña, intentando “salvar los muebles”, dijo que Lucas habló a título personal, pero el canciller Patiño le dejó “colgado de la brocha”, al declarar que Kintto Lucas habló a título personal pero también de manera oficial porque es vicecanciller, elevando así la discrepancia a nivel de los ministros de Estado y poniendo a su colega Natalie Cely en apuros ante Europa.
Lo mismo ha sucedido y sigue sucediento en esa “cancillería a duo” de Ecuador, con los casos de las relaciones Bogotá-Quito, y las incoherencias en la postura de Quito frente a la entrada de Honduras en la OEA con el retorno de Zelaya a Tegucigalpa, además de la extremadamente torpe expulsión de Heather Hodges, embajadora de los EE.UU. en Quito y, por ende, representante de la Casa Blanca.
En cuanto a la “deshinbida” y errática intromisión de Carondelet en el caso Sucumbíos, no conocemos aun el cruce de notas “diplomáticas” entre la cancillería y Roma, pero, por lo habido, en Quito se presume que ese duo (Lucas-Patiño) y, por ende, Correa también, son los que piden a Dios que tales notas no trasciendan.
¡Así habrá sido el resbalón!
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(*): Kintto Lucas, vicanciller nacionalizado ecuatoriano, nacido en Uruguay y algo más que “tupamaro de inspiración”.

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