miércoles, 19 de octubre de 2011

Recomendamos a los isamitas leer el artículo de Mons. Ruiz

Evangelio en sociedad de doble moral
Mons. José Mario Ruiz Navas
EL UNIVERSO, Guayaquil
lunes 17 de octubre del 2011


Benedicto XVI nos enseña cómo presentar a Cristo, personificación del Evangelio, en un ambiente de relativismo, de apariencia y doble moral. El culto de la imagen es propio de la humanidad, en cuanto hace resaltar las realidades que, de acuerdo a las diversas culturas, aprecia como valiosas.

Este culto degenera en la medida en que presenta la apariencia como realidad: “salvar las apariencias”.

El relativismo, generador del “pensamiento débil”, que se acomoda a intereses y apetitos, ha llevado a tal extremo la degeneración de la apariencia, que en ciertos ambientes se prefiere una verdad difuminada a la “verdad desnuda”.

Sin embargo, el intento por presentar la apariencia como si fuera realidad es signo de que los humanos fundamentalmente apreciamos la realidad, la verdad.

He aquí la imagen de esta sociedad de apariencias, acomodaticia de la verdad, descubierta en algunos hechos, pequeños y grandes:

1. Como “el pueblo ecuatoriano ha decidido” que no se mate al toro de lidia en la plaza, ante testigos de su sangría, se le da la estocada final ocultamente. ¿No es hipocresía?

2. Protestas contra el agua fría, los azotes y ortiga, penas públicamente infligidas por la justicia indígena, para reintegrar al condenado. Se callan “ley de fuga”, ocultas torturas para arrancar declaraciones, cárceles inmundas, antros de corrupción, que van juntos a la justicia mestiza.

3. Se condena a los sicarios que ciegan la vida de vivientes visibles y se legaliza, matanza de miles de niños invisibles, como si fueran tumor en el seno de sus madres.

4. Sadam Husein y de Muamar Gadafi, líderes de Irak y Libia compraban armas a sus actuales invasores; les aseguraban petróleo. Los actuales invasores aparentaban ignorar las torturas, los asesinatos, el genocidio de los kurdos. Aunque no dicen con palabras el motivo de la invasión, lo dicen con el apresuramiento en llegar a pozos de petróleo. Aparentan ser portadores de democracia, liberadores del pueblo. Calladamente controlan el petróleo e irrumpen en museos milenarios. Apenas ocultan el número de variadas víctimas. Algún historiador despistado escribirá que se renovaron en los siglos XX y XXI las Cruzadas. La apariencia ocultará la realidad de que los invasores han actuado totalmente alejados de la fe cristiana.

5. Se condena el cultivo de la coca y el narcotráfico; al mismo tiempo se hace poco para oponerse al negocio y al narcoconsumo; y hasta se venden armas a los narcotraficantes.

6. Se declama la paz; paralelamente la industria de armamento es una de las principales. Con los recursos empleados en armas se podría suprimir el hambre en el mundo.

Se pide a Benedicto XVI que se “modernice”, permitiendo el aborto, como si fuera dueño de la verdad de Dios y de la vida del hombre. Benedicto XVI enseña que, precisamente en la sociedad actual evangelizar ha de consistir, más que ayer, en ser diáfanos seguidores de Cristo, con cero tolerancia a desfases entre la verdad transmitida y la reflejada en la vida. Pide a sus hermanos obispos que acompañen, especialmente a los sacerdotes.



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