miércoles, 26 de octubre de 2011

Un Comentario a la reforma penal que los isamitas no gustarían escuchar

Continuamente nos llegan cartas de nuestros lectores de todos los rincones de nuestra provincia, del país y del mundo, a favor y en contra, muchas felicitándonos, otras dándonos sugerencias, inclusive nos llegan cartas llenas de insultos, de improperios y de amenazas, a estas personas le respondemos con todo respeto que nuestro objetivo es informar de los sucesos principalmente locales y de la Iglesia, procurando objetividad y veracidad (que tanto hace falta en nuestra provincia), resaltando virtudes y denunciando la corrupción cuando las circunstancias lo requiere. En otros casos nos escriben para analizar y comentar nuestras publicaciones, como es el caso de la carta que a continuación mostraremos. Lamentamos en no poder publicar todo lo que nos llega, preferimos escoger las más destacadas y procuramos no alejarnos mucho del tema principal de este blog. Ahora sí, aquí trasmitimos la carta de uno de nuestros asiduos lectores:

Queridos amigos de Sucumbíos información

Acabo de leer el artículo en el que comentan la reforma penal que quiere hacer el gobierno para impedir hasta el más mínimo comentario en los sermones o en las calles, es decir del pueblo, que pueda interpretarse como estar en desacuerdo con las políticas seguidas por el estado nacional - ese artículo va en la misma línea de la propuesta del diplómatico ecuatoriano Pablo Villagómez Reinel que adjunto -

es evidente que se trata de un atropello a la libertad religiosa, de expresión, que tiene como único objetivo condicionar a la Iglesia e impedirle predicar contra cualquier ley positiva, del estado, convirtiéndola así en mudo testigo de  cualquier atropello o injusticia que se pretenda imponer desde las alturas del poder estatal - todos los derechos y libertades para el estado, nada para el resto - eso es marxismo puro - algo reverenciado por no pocas corrientes que Uds ya bien conocen -

esa reforma penal me hace acordar a lo que sucedió en Méjico cuando en julio de 1926 el gobierno masónico del presidente Calles obligó al episcopado a cerrar las iglesias del país, al imponer una serie de leyes que hacían imposible la libertad de expresión y circulación de la Iglesia en el país - a renglón seguido comenzó una gloriosa resistencia del pueblo católico conocida como el levantamiento de los cristeros, que en tres años de lucha durísima pero victoriosa, obligó a esa dictadura a llegar a un "acuerdo" con los obispos en el que no se modificaron las leyes penales pero se reabrieron las iglesias, con lo que el pueblo dejó las armas y pasó a olvidar esos años durísimos pero gloriosos - cuantos mártirios y sufrimiento pasaron, no merecen el olvido en el que han caído -

el paralelo no está en la lucha armada sino en las leyes que restringen, limitan la libertad de la Iglesia y en consecuencia de la sociedad, que ponen en evidencia que lo que se busca, es un unanimismo oficial que no admite desacuerdo moral alguno, lo que quiere decir, negar a Dios todo y cualquier derecho - además es evidente que esas leyes solo se aplicarán contra los católicos que no sean marxistas - con el nuevo código penal los de la Teología de la Liberación estarán apoyados por el estado, tal como a ellos les gusta - libertad para unos, cárcel para otros - así fue en la ex URSS con su KGB y todo su aparato estatal corrupto e inmoral que destrozó Rusia a puntos desconocidos aún hoy - eso no quita que siga siendo el modelo social de "algunos" pues el marxismo goza hoy de muy buena salud como Uds bien lo pueden ver allí en Sucumbíos -

saludos y espero que Ecuador siga siendo católico de verdad - un abrazo

Alfonso Varela



http://sucumbiosinformacion.blogspot.com/

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