domingo, 22 de mayo de 2011

Domingo sin Misas. Domingo sin sacerdotes. A los muertos que les entierre el panteonero

Tomado de: http://sucumbiosecuador.blogspot.com/

Con la salida de los sacerdotes Heraldos del Evangelio, la ciudad de Nueva Loja volvió a quedarse sin el culto católico, al menos durante este fin de semana. No llegan noticias fidedignas de lo que estaría siendo confabulado en la capital, Quito. Alli estarán reunidos los Obispos, con los sacerdotes Heraldos, muy queridos por todos los quiteños. Parece que hasta el presidente Correa "asiste a la Misa" del Vicario General de Sucumbíos, Padre Ricardo del Campo, EP.
La foto que nos muestra El Comercio, de Quito, no es muy digna, que digamos. Pero no es extraño que se encuentre en esa situación el cementerio de Nueva Loja después de 40 años de gobierno diocesano de Mons. Gonzalo López OCD. No le restaba tiempo para cuidar de las cosas religiosas, pues eran muchas sus ocupaciones sociales y organizativas. La cantidad de grupos y entidades dedicadas a reclamar de todo, le tomaba el tiempo entero.

Suponemos que él, con su clero, rezaría alguna de las horas del Oficio Divino. Si bien que esas niñerias no es para hombres adultos y fuertes en sus convicciones comunitarias.
El periodista Jaime Plaza, enviado especial de El Comercio, se ha informado bien. ¡Cómo siempre! Y cuenta que en vista de que no hay sacerdotes católicos, la familia del difunto Henry Jaramillo procuró un "pastor" protestante. Repetimos, es bien éste el resultado de los 40 años de evangelización de Mons. López OCD.

Para Abraham Cerbone, panteonero del cementerio municipal de Nueva Loja, babahoyense de 78 años, le parece notoria la diferencia entre la celebración que hacían los carmelitas y la que hacen los Heraldos del Evangelio.

"Cuando se pide a los Heraldos que vengan al cementerio, ellos llegan en punto y a veces hasta antes. Acuden vestidos con sus túnicas y con la Biblia en la mano" (sic). Y "los carmelitas vienen muy de repente al cementerio. Siempre andan de jean y recién aquí se ponen la sotana" (sic), manifesta.

José Jumbo, continua diciendo El Comercio, un morador de las periferias de Nueva Loja, coincide con Cerbone al comentar que "era muy dificil conseguir un sacerdote carmelita para que acompañe un entierro o de misa en un barrio".

La noticia nos trae otros comentarios interesantes. Por eso esperamos en Nueva Loja que los Obispos y el Nuncio manden salir a los carmelitas definitivamente y dejen volver a los Heraldos en paz. Ellos trajeron la paz para nuestras comunidades abandonadas espiritualmente. Los carmelitas solo pensaban en política, y este es el miedo que tiene nuestra Gobernadora y los Asambleistas: ¿quién va a votar a ellos si se van los carmelitas?

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