miércoles, 25 de mayo de 2011

El "isamis carmelita" lanza una declaracion de guerra a la Iglesia

Con todo respeto: ¡Señores Obispos, a ver si ahora se enteran!

La guerra no es contra los Heraldos del Evangelio
(a los que “isamis” odia a muerte);
¡la guerra es contra la Iglesia Católica!


NUEVA LOJA, 22 de mayo de 2011, INFORMA PRESS SUCUMBIOS.- No se han contentado con agradecer al presidente Correa, a la Señora Gobernadora, Nancy Morocho, y a las autoridades que son de su misma cuerda. Ahora han soltado el verbo y lo declaran abiertamente: nuestra guerra es contra la propia Iglesia Católica Apostólica y Romana. Señor Nuncio, Señores Obispos, --con todo el respeto con que los veneramos-- haber si se enteran de una vez. No son los católicos de Sucumbíos los que exageradamente hacemos esa denuncia. Son los propios carmelitas y sus agentes los que se lo echan a la cara. Es, digamoslo de una vez, Monseñor Gonzalo López Marañón, OCD, y los carmelitas españoles de Burgos.

No nos limitemos a la denuncia. Vamos a analizar el documento que hoy domingo han soltado los agentes de los carmelitas en la propia ciudad de Nueva Loja. Ya lo han publicado en España y se esta divulgando por todo el internet. Y lo hagamos por partes:

“1.º- Agradecemos a las autoridades gubernamentales de la provincia y del gobierno nacional por habernos escuchado,” ¡Ya lo sabíamos! “impedido que la situación desencadene en enfrentamientos violentos” Los únicos que usaron la violencia fueron los carmelitas y sus agentes y no se les impidió hacerlo, por el contrario, la señora Gobernadora les facilitó la violencia e impidió a la Justicia de actuar pacífica y legalmente. “y, sobre todo, por haber conseguido que las autoridades eclesiásticas se responsabilicen de darle una solución definitiva al conflicto que nos ha agobiado desde hace seis meses”. A los carmelitas y sus agentes les ha servido para poner a prueba sus fuerzas de acción. Pero en este punto, nos alegramos, y hasta les felicitamos, sobre todo si consiguen de verdad que las autoridades eclesiásticas se responsabilicen de algo que es competencia de ellas.

“2.º- Agradecemos a nuestros compañeros y compañeras por su enorme paciencia y disposición a conservar la convivencia pacífica en nuestra provincia y por no haber caído en las provocaciones durante las difíciles horas que afrontamos”. Aquí nos vemos obligados a decir claramente que hay que ser muy sin vergüenza para hacer una afirmación de estas. Los que vivían las 24 horas del día procurando provocar a las gentes sencillas que aceptaban a los Heraldos del Evangelio sin preconceptos ni dobles intenciones, y no permitieron que se conservase ninguna clase de convivencia pacífica, ¿cómo quieren proclamarse ahora defensores del orden y la paz?

Solo encontramos dos explicaciones: los tales compañeros y compañeras no existían, o eran tan pequeña minoría que como si no existiesen; o siguen la misma “honestidad” del site español “religión digital”, que publica una foto de la Gran Marcha Blanca por la Paz a favor de los Heraldos del Evangelio y colocan al pie de la misma: “manifestación a favor de los carmelitas de Sucumbíos”. ¡Ciertamente no es una virtud con la cual ésta gente comulga…!

Viene ahora el punto más importante, que no podemos dejar de resaltar, pues por primera vez en Sucumbíos, los carmelitas y sus agentes, lo declaran abiertamente:

“3.º-  Aclaramos a las autoridades y a la ciudadanía que el conflicto en Sucumbíos no es entre Heraldos y Carmelitas”, ¡Hasta ahora pareciera que lo era!sino entre dos maneras de vivir y hacer iglesia y sociedad”. (La negrita es del propio documento) AQUÍ ESTA EL PUNTO CENTRAL: de un lado la Iglesia Católica, de otro lado la iglesia nueva fundada por Mons. Gonzalo López y su grupo de carmelitas y agentes de isamis. “En Sucumbíos, hay un tejido eclesial y social, expresados en la Asamblea Diocesana del Vicariato de Sucumbíos y la Coordinación de Organizaciones Sociales, que ha dado forma y vida a esta provincia en los últimos cuarenta años por caminos de comunión, encuentro, inclusión, diálogo y solidaridad”. Un bla-bla-bla que no añade nada nuevo a lo comentado. Entidades fantasma, inventadas por ellos mismos, y donde su representación es la fuerza de los que consiguen reunir. En Sucumbíos existe una iglesia que NO ES la Católica, Apostólica y Romana, como ya mucha gente se había dado cuenta, y que parece que los únicos que no tuvieron tiempo de estudiar esta situación fueron los Obispos ecuatorianos.

¡Este punto tenemos que agradecer a la “secta isamis” que lo afirme tan claramente!
Para comprender bien el deseo de “convivencia pacífica” que mueve a esta gente, leamos prestando atención el párrafo siguiente, donde ya adelantan las AMENAZAS de continuar la guerra caso no se haga lo que ellos quieren. Es una forma muy interesante de entender el “diálogo eclesial”, que tanto han pedido anteriormente.

“4. Pero, advertimos a la población que el conflicto que se ha dado en nuestra provincia desde la llegada de los Heraldos del Evangelio” ¿Era o no era contra ellos? “a finales de octubre pasado, no ha alcanzado todavía una solución definitiva. Tanto la Asamblea Diocesana del Vicariato de Sucumbíos como la Coordinación de Organizaciones Sociales de Sucumbíos, expresiones palpables del tejido eclesial y social” ¿Quiénes son? ¿A cuántas personas representan? ¿Quién les ha organizado? ¿Qué clase de engaños utilizaron para que las personas adhiriesen? ¿Habrá sido como a los indios de Cascales que les convocaron para ayudar a los “padrecitos carmelitas en la Capilla”, y sin respetar sus derechos humanos los colocaron dentro de la catedral por si fuese necesario enfrentar a la policía? “al que hemos hecho referencia, estamos siendo ignoradas e irrespetadas en nuestra condición de sujetos con voz y palabra propia en esta nueva etapa”. Ya esta la AMENAZA dicha. (La negrita es del propio manifiesto).

“En el entendido de que esto obedece a que es difícil salir de las lecturas 
acostumbradas, invitamos a las autoridades gubernamentales y eclesiásticas a hacer esfuerzos por comprender que el curso del conflicto en el futuro dependerá también de que se nos tome en cuenta como sujetos con capacidad propia de reflexión, decisión y acción”. En palabras más simples, u obedecen a lo que nosotros queremos, o seguirán los conflictos. Jueces y árbitros serán los carmelitas y sus agentes de isamis. El problema no es de Sucumbíos, sus jefes máximos pueden estar en Burgos, en Roma o en cualquier otro país de Europa. Esta es una guerra entre la “secta modernista” y la Iglesia Católica.

“5.º- Informamos que mantenemos, de manera pacífica, respetuosa pero activa, nuestra presencia al interior del salón parroquial en la catedral de Nueva Loja, acompañando la vigilia al pie de la catedral cerrada y pendientes de la situación el Hogar Infantil y de la Radio Sucumbíos -nuestra compañera solidaria- y de sus trabajadores/as, alertas a la evolución de las negociaciones que comenzarán el día lunes 23 de mayo en la ciudad de Quito con la mediación de Mons. Fausto Trávez”. Prepárese Señor Delegado Pontificio, porque tendrá que elegir entre obedecer al Papa u obedecer a la secta carmelita de isamis. Si prefiere al Papa, podrá ser el primer mártir de la guerrilla colombiana. ¡Alleluia!

Esta nueva etapa debe dar lugar” ¡Obedezcan o les declaramos enemigos de las organizaciones sociales! “a pasos ciertos que restituyan derechos legítimos” Sería muy bueno que le devolviesen al Vicariato las propiedades invadidas. “y posibiliten superar la división en la poblaciones urbanas y rurales, que afecta incluso a las familias, a nuestros hijos e hijas en las escuelas, a nuestras organizaciones y a las instituciones públicas y privadas. Esta es otra cosa interesante que la secta isamis ha decretado: existe división, ¡porque yo lo digo! ¿Entendió? ¿De que hijos/as se trata? Si, por acaso, no son todos/as los que les obedecen, los Heraldos o el Delegado Pontificio están creando división. Bonita manera de entender la democracia. Han debido de aprender ese tipo de democracia en Cuba, con su anciano Fidel.

Al final firman tres personalidades, que son las que aparecen siempre, a pesar de las miles de asociaciones comunitarias que aseguran existir: Marcelo Arana, coordenador de la FEEP; Delia Malvay, federación de mujeres de Sucumbíos (esta señora no se ha dado cuenta todavía de las miles de mujeres que desfilaron el 20 de marzo por las calles de Nueva Loja contra los carmelitas y a favor de los Heraldos del Evangelio. Quizás no las considere con derechos, por no pensar como ella); y Pedro Grefa, dirigente nacionalidades indígenas (este señor debe estar preocupado ahora con los nueve mil millones de dólares que un juez de Sucumbíos colocó de multa a la internacional petrolera Chevron; de cuya fortuna el es uno de los herederos. ¡Fenomenal!)

Publicamos este manifiesto, sí señores, para que todos podamos comprender lo que se viene diciendo desde hace tiempo. No es una pelea entre congregaciones religiosas. Es una guerra entre dos concepciones de la Iglesia y del mundo. De un lado la Iglesia Católica, cuya piedra angular es el Papa; del otro lado la repetición de Lutero, más extremista todavía: la secta modernista, que después de condenada por los Papas Beato Pío IX y San Pío X, ha renacido con fuerza y hasta ahora quería esconderse en las entrañas de la verdadera Iglesia de Cristo.

Con todo el respeto con que los veneramos, Señor Nuncio, Señores Obispos de Ecuador, con ustedes esta el futuro de nuestra Iglesia y de nuestra Patria: Ecuador.

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